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02 noviembre, 2025

Spinoza y la neurociencia: el determinismo puesto a prueba en el tiempo

Deodato Salafia

Publicado originalmente en italiano en Artuu, 7 de septiembre, 2025: Spinoza e le Neuroscienze: Il Determinismo alla Prova del Tempo

La aparición de la inteligencia artificial ha vuelto a poner en el centro del debate público temas que normalmente se limitan a la academia. Dada la creciente complejidad de la IA, la cuestión de la naturaleza de la consciencia se ha vuelto urgente e ineludible. En el centro de esta cuestión reside el problema del libre albedrío, que solo puede existir si existe una consciencia verdaderamente autónoma. Pero ¿surge la consciencia de las leyes físicas que rigen el cerebro o tiene un origen extrafísico que la distingue radicalmente de la computación (ya sea biológica o electrónica)? La respuesta a esta pregunta fundamental determina no solo nuestra comprensión de lo que significa ser humano, sino también las implicaciones éticas y filosóficas del progreso tecnológico.La aparición de la inteligencia artificial ha vuelto a poner en el centro del debate público temas que normalmente se limitan a la academia. Dada la creciente complejidad de la IA, la cuestión de la naturaleza de la consciencia se ha vuelto urgente e ineludible. En el centro de esta cuestión reside el problema del libre albedrío, que solo puede existir si existe una consciencia verdaderamente autónoma. Pero ¿surge la consciencia de las leyes físicas que rigen el cerebro o tiene un origen extrafísico que la distingue radicalmente de la computación (ya sea biológica o electrónica)? La respuesta a esta pregunta fundamental determina no solo nuestra comprensión de lo que significa ser humano, sino también las implicaciones éticas y filosóficas del progreso tecnológico.

El determinismo radical de Spinoza

En 1677, cuando Baruch Spinoza publicó su Ética demostrada según el orden geométrico, Europa aún estaba inmersa en una cosmovisión que situaba a la humanidad en el centro de la creación, dotada de un alma racional capaz de tomar decisiones libres y responsables. La propuesta de Spinoza sonaba a provocación radical: «Los hombres se creen libres porque ignoran las causas que los determinan». Hoy, tras tres siglos de desarrollo científico, esta idea resuena a la luz de los descubrimientos neurocientíficos modernos.

La metafísica de Spinoza se basa en un principio fundamental: todo lo que existe forma parte de una única sustancia infinita, a la que el filósofo holandés llama Dios o Naturaleza. Esta sustancia no actúa con fines ni propósitos, sino según una necesidad absoluta que rige cada acontecimiento, desde el movimiento de los astros hasta los pensamientos más íntimos del hombre. No hay contingencia en el universo de Spinoza: todo lo que sucede estaba destinado a suceder, y todo lo que no sucede es imposible. El hombre se engaña a sí mismo pensando que es libre simplemente porque es consciente de sus propios deseos, pero ignora las infinitas cadenas causales que los determinan.