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31 agosto, 2024

Vestigia: Spinoza, ¿una ontología de la relación?

Reseña descriptiva de Vittorio Morfino, Spinoza: an ontology of relation? Trad. Jason Smith, Graduate Faculty Philosophy Journal, vol. 27, no. 1, 2006, pp. 103-127.

                                          Alfredo Lucero Montaño

Desde la aparición de Spinoza en el horizonte de la filosofía moderna, el Dios de Spinoza fue considerado una novedad telúrica: Deus sive Natura es la gran tesis de Spinoza, el dictum “escandaloso”. Dios o Naturaleza es el único ser que podría ser pensado a través del concepto de sustancia: “aquello que es en sí y se concibe por sí”. Según Morfino, el enorme énfasis puesto por la tradición filosófica en este movimiento teórico spinoziano logró, sin embargo, oscurecer todas las demás dimensiones del pensamiento de Spinoza, de tal manera que su pensamiento se redujo en una metafísica de la unidad de la sustancia.

Morfino pretende deshacer esta identidad del spinozismo y la metafísica de la sustancia mediante una formulación paradójica: la filosofía de Spinoza es, por el contrario, una ontología de la relación. Spinoza al enfatizar su negación de la sustancialidad de las res singulares podemos justamente ahí localizar la originalidad de Spinoza: no en haber postulado la existencia de una sola sustancia sino en haber sentado las bases de una ontología de la relación.

Pero, podemos preguntarnos, ¿en Spinoza no habría entonces una tensión entre una filosofía de la sustancia y una filosofía de la relación?

Sin duda, escribe asertivamente Morfino, el gesto teórico sin precedentes de la primera parte de la Ética (E) es su presentación de la sustancia infinita como el único in se esse. Pero este mismo gesto produce una importante consecuencia: las cosas singulares ahora son conocidas como modos, esto es, como esse in alio.

Si el modo como in quod in alio signfica que la existencia del modo es siempre en y por, donde la sustancia de Spinoza no es nada más que la estructura inmanente de esta referencia a otro. Entonces, se pregunta Morfino,  ¿es posible hablar de una ontología de la relación en Spinoza? ¿Podemos al menos encontrar en Spinoza las herramientas conceptuales necesarias para pensar la primacía de la relación sobre la sustancia, es decir, para pensar realmente la relacionalidad en toda su radicalidad?

La principal dificultad que plantea esta cuestión reside en que Spinoza no ofrece una tematización del problema de la relación. Sin embargo, hay una breve alusión, señala Morfino, a esta cuestión en su Apéndice que contiene los Pensamientos metafísicos (CM). Spinoza escribe:


Del hecho de que comparamos unas cosas con otras, van surgiendo ciertas nociones, las cuales, sin embargo, no son, fuera de las cosas mismas, más que modos de pensar Esto se ve en que, si queremos considerarlas como cosas que existen fuera del pensamiento, ipso /acto hacemos confuso su concepto, que antes teníamos claro. Tales son las nociones de oposición, orden, conveniencia, diversidad, sujeto, adjunto y otras similares que puede haber. Digo que estas nociones las percibimos con claridad suficiente, en cuanto que las concebimos, no como algo distinto de las esencias de las cosas opuestas, ordenadas, etc., sino tan sólo como modos de pensar con los etenemos o imaginamos más fácilmente esas mismas cosas (CM I/V).

Ahora bien, este concepto está claramente articulado en el Tratado breve (KV): “Algunas cosas están en nuestro entendimiento y no en la naturaleza, en cuyo caso son también una obra exclusivamente nuestra y sirven para entender distintamente las cosas. Entre ellas incluimos todas las relaciones que se refieren a cosas distintas, y a las que llamamos entes de razón” (KV X).

10 agosto, 2024

La temporalidad plural de la multitud

Vittorio Morfino, La temporalidad plural de la multitud, publicado originalmente en YoukaliRevista crítica de las artes y el pensamiento, no, 4, 2007, pp. 5-30. PDF

                                    Vittorio Morfino / Trad. Roberto Peña León

Afrontar la cuestión de la temporalidad de la multitudo significa no tanto pensar la multitudo en un tiempo cualitativamente ya dado como sujeto de una política o de una filosofía de la historia, de una utopía o de una distopía, sino más bien pensar qué concepto específico de tiempo es implícitamente propio de aquella extraordinaria categoría que Espinosa alcanzó a formular en su obra más madura, el Tratado Político, como bisagra de su teoría política. Si, como dicen muchos intérpretes, el concepto de multitud es radicalmente distinto del concepto de pueblo, lo es sobre todo porque en su base hay una temporalidad diferente que, según creo, no ha sido suficientemente pensada.

[…]

4. Temporalidad plural

En mi opinión, para pensar en toda su radicalidad la novedad del concepto espinosiano de multitud, es necesario un concepto de temporalidad completamente distinto de aquel de contemporaneidad esencial. De hecho, en Espinosa falta, antes aun que el Dios trascendente (o inmanente, pero según un modelo expresivo) como reloj del ser, la temporalidad original del ego que se intuye como presente en el momento de la cogitatio.

La temporalidad de la multitud debe ser pensada como el lugar del no contemporáneo, de la imposible contemporaneidad, y esto porque el propio individuo es una multitud, no es contemporáneo a sí mismo, no se reencuentra a sí mismo en la temporalidad original de la cogitatio o en la selfconsciousness lockiana. Contra la tradición Descartes-Locke, Espinosa recoge a Lucrecio y su teoría de los simulacra, de


(...) algunas de cierto huellas de formas

que andan doquiera volando, de filo /

en filo tan fino que gozan

que verse una a una no pueden aparte /

una de otra.

Así, estos simulacros fluyen de la superficie desde los cuerpos de continuo, texturas rerum tenuis tenuisque figuras. No se trata por lo tanto de una acción transitiva a través del simulacro del objeto sobre el sujeto de la percepción (acción que permitiría disponer sobre una línea-tiempo las percepciones sucesivas), sino más bien de una acción de la textura rerum a través de la textura de los simulacra sobre la textura del cuerpo:


O si será más verdad que, como en lo que tiempo se siente

Uno, esto es, en lo que una palabra sola resuene,

tiempos muchos están, que razón averigua, latentes.

In uno tempore, tempora multa latent. En un instante se esconde un entrecruzamiento de temporalidades. Ese mismo entrecruzamiento del que habla Jankélévitch a propósito del fondo teórico del concepto maquiaveliano de ocasión


La ocasión –escribe- no es el instante de un devenir solitario, sino el instante complicado del “policronismo”, esto es, del “esporadismo” y de la pluralidad de las duraciones de las cosas. Si, en lugar de dividirse según medidas de tiempo distintas, las duraciones fuesen acordadas entre sí desde una armonía preestablecida, o si, en lugar de acordarse algunas veces, formasen entre sí una cacofonía absolutamente informe, no habría lugar para la ocasión. La ocasión milagrosa depende de la polimetría y de la polirritmia, tanto como de la interferencia momentánea del devenir.

Es por tanto a esta tradición, que Althusser llama tradición subterránea del materialismo del encuentro, a la que nos tenemos que dirigir para tratar de pensar la temporalidad específica de la multitud. Y es, dicho sea de paso, la única tradición filosófica que Espinosa reconoce como propia.

09 agosto, 2024

Vestigia: El tiempo de la multitud

Reseña de Vittorio Morfino, El tiempo de la multitud, en Youkali. Revista crítica de las artes y el pensamiento, no. 16, Madrid, 2014, pp. 137-141.

                                                  Aurelio Sainz Pezonaga

Tierradenadie ediciones ha publicado recientemente El tiempo de la multitud de Vittorio Morfino. Morfino es uno de esos nuevos lectores de Spinoza que, como Warren Montag o Laurent Bove, por nombrar autores cuyas obras más importantes sobre Spinoza han sido traducidas también al castellano por Tierradenadie ediciones, están construyendo una nueva mirada de la filosofía del pensador del conatus.

Profesor de la Universidad Milán-Bicocca, Morfino lleva años trabajando en torno a una nueva hipótesis para el materialismo filosófico. Su hipótesis enlaza las aportaciones de Spinoza y Althusser, pero está igualmente conectada a las aventuras intelectuales, tan distantes entre sí y al mismo tiempo tan próximas, de Lucrecio, Maquiavelo, Marx, Darwin o Negri.

Esa nueva hipótesis descansa, y ésta es una discusión que recorre todo El tiempo de la multitud, en lo que Morfino llama el “primado[1] del encuentro sobre la forma”. El marco y las estrategias con los que la hipótesis está elaborada son los propios de la historia de la filosofía: resolución de problemas de lectura de autores clásicos, esclarecimiento de supuestos, proposición de alternativas interpretativas, trazado de líneas de demarcación, diferenciación entre propuestas filosóficas, descubrimiento de afinidades entre pensadores históricamente distantes...

Los dos últimos procedimientos citados conducen gran parte de la argumentación del libro. La investigación de Morfino avanza en buena medida estableciendo diferencias. Así traza las diferencias entre una concepción teleológica de la forma como la de Aristóteles y la concepción materialista que expone Lucrecio, entre una relación con el otro definida por la intersubjetividad (Husserl-Leibniz) y otra pensada como interindividualidad (Simondon-Spinoza), entre un concepto idealista de la libertad (Schelling-Heidegger) y otro materialista (Spinoza), entre una aproximación dialéctico-teleológica a la violencia (Hegel-Engels) y otra arqueológica (Marx-Althusser), etc.: 1885-477X YOUKALI, 16 página 137 A

A su vez, la construcción de afinidades (Lucrecio - Maquiavelo - Spinoza - Darwin - Marx - Simondon - Althusser) no es menos fundamental para la exquisita elaboración del concepto del primado del encuentro sobre la forma que realiza Morfino. Pero, el terreno donde el concepto se pone a prueba es, seguramente, el despliegue de las consecuencias que del mismo se siguen para la política.

Obviamente reproducir en una reseña la riqueza de las argumentaciones del libro de Morfino es tarea imposible. Nos contentaremos con esbozar el esqueleto conceptual de El tiempo de la multitud por si puede servir de presentación somera de una obra que es una apuesta filosófica exigente y arriesgada, y que exige y arriesga también en su modo de exposición.

Empecemos por el significado del concepto principal: el primado del encuentro sobre la forma. Que el encuentro prime sobre la forma significa que toda determinación consiste en la concurrencia contingente de otras múltiples determinaciones. Ya sea una persona, un colectivo, una institución, un aparato, un sistema de producción y distribución, un modo de producción, una formación social o una situación histórica..., lo que explica su esencia, su forma, su configuración es una composición aleatoria de elementos heterogéneos entrelazados y su articulación con otras realidades igualmente diversas. Se podría decir que, en el primado del encuentro sobre la forma, Morfino pone a filosofar la metáfora del encuentro junto con la metáfora del tejido y la idea de una dinámica sin timonel.

Iremos viendo cómo se concreta está primera aproximación abstracta. Por ahora, conviene señalar que los puntales que concurren para sostener el primado del encuentro sobre la forma son tres: la contingencia del encuentro, la heterogeneidad de los elementos, la relacionalidad constitutiva de toda determinación.